En nuestra colección de gallinas no podia faltar esta raza. La gallina castellana negra es una de las razas europeas de gallinas más antigua. Se cuenta que Cristóbal Colón viajó con ellas por expreso deseo de la reina Isabel la Católica, que tenía especial simpatía a estas inquietas gallinas.
En la primera mitad del siglo XX fue una de las razas de gallina más utilizada en España para la obtención de huevo de color blanco. En esos años existían estirpes seleccionadas de castellana negra, llegando a dar producciones anuales de 220-225 huevos.
Es la raza española de gallinas por excelencia, la de más rancio linaje ya que no se le conoce influencia extranjera ninguna. A la reina Isabel la Católica le agradaban mucho estas gallinas negras tan activas y cacareadoras. A partir de ella se crearon razas de aves como la menorca, española cara blanca y andaluza, mundialmente conocidas y definidas en los estándares internacionales.
La castellana negra es una excelente ponedora de huevos de medio tamaño y cáscara muy blanca.
Con la llegada de los híbridos y la avicultura industrial en naves con jaulas, la gallina negra castellana cayó en el olvido. La producción de huevos de color blanco se convirtió prácticamente en un monopolio de la raza Leghorn. Nuestra castellana llegó a situarse al borde de la extinción según los datos de la FAO (Programa para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas).
Actualmente, la castellana negra está incluida en el Programa Nacional de conservación, mejora y fomento de las razas ganaderas (Real Decreto 2129/2008) y figura en su anexo I (modificado por Orden ARM/574/2010) en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, catalogada como especie aviar en peligro de extinción.
Su futuro está profundamente ligado a la ganadería ecológica pues su rusticidad, su excelente adaptación al clima continental extremo de la meseta y su buena capacidad de puesta le aseguran unas buenas perspectivas.